Es tan corto el amor y tan largo el olvido
Posted 10 julio, 2014
on:Andamos inmersos, cada uno, en nuestro propio mundo.
En realidad no nos percatamos del entorno conscientemente casi nunca, andamos centrados en una vida cotidiana, que parece que el tiempo no pasa, que estamos siempre igual, que todo continúa exactamente como está en nuestra mente.
Pero va cambiando todo, vamos cambiando también nosotros y todo lo que nos rodea.
Un día, me paro y miro, y ya no está la mercería de toda la vida, ya desapareció el quiosco de prensa de la señora rubia, la panadería es ahora una tienda de señores de oriente y donde compré el reloj que tanta ilusión te hacía ahora venden roscos redondos rellenos de chocolate.
Ese mismo día me miré al espejo y resulta que la cara que apareció en el otro lado no era yo, era un señor mayor, con la cara flácida, muchas arrugas y cara de pocos amigos.
No puede ser, si yo soy risueño, siempre joven, de piel suave y sonrosada, con la mirada pícara e interesante, siempre me lo comentaron.
Empecé a mirar por todo mi entorno y descubrí que no lo conocía, ¿quién era esa persona que sentada en el sofá veía la tele? Pero bueno, ¿dónde me encuentro?, si la habitación es distinta, más pequeña y sombría. Quizá el sol me deslumbra.
De repente me acordé de aquella frase que tanto te gustaba, es tan corto el amor y tan largo el olvido.
Miré mis manos y seguían siendo las mismas, ¡menos mal!
Por un momento pensé que estas manos con las que tantas cosas conseguí fueran las de otra persona.
Volví a mirarte y seguías ahí, en mi mente, no te olvidaría nunca, lo sabes verdad.
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